EL INSTANTE SANTO
I.- Los dos usos del tiempo
¿Puedes imaginarte lo que sería no tener inquietudes, preocupaciones ni ansiedades de ninguna clase, sino simplemente gozar de perfecta calma y sosiego todo el tiempo? Ése es, no obstante, el propósito del tiempo: aprender justamente eso y nada más. Cap.15.I.1.1:2
Todo el deterioro que el tiempo parece ocasionar se debe únicamente a tu identificación con el ego, que se vale del tiempo para reforzar su creencia en la destrucción. Cap.15.I.2.6
El objetivo del ego es la muerte, que es su propio fin. Más el objetivo del Espíritu Santo es la vida, la cual no tiene fin. Cap.15.I.2.8:9
El ego te enseña que el infierno está en el futuro, pues ahí es hacia dónde todas tus enseñanzas apuntan. Su objetivo es el infierno. Cap.15.I.4.3:4
El único tiempo que el ego le permite contemplar a cualquiera con ecuanimidad es el pasado. Mas el único valor de éste es que no existe. Cap.15.I.5.4:5
¡Cuán desolado y desesperante es el uso que el ego hace del tiempo! ¡Y cuán aterrador! Pues tras su fanática insistencia de que el pasado y el futuro son lo mismo se oculta una amenaza a la paz todavía más insidiosa. Cap.15.I.6.1:3
El Espíritu Santo enseña, por lo tanto, que el infierno no existe. El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho del presente. La creencia en el infierno es lo que te impide comprender el presente, pues tienes miedo de éste. Cap.15.I.7.1:3
El Espíritu Santo quiere desvanecer todo esto ahora. No es el presente lo que da miedo, sino el pasado y el futuro, más éstos no existen. Cap.15.I.8.1.2
Aprende de este instante algo más que el simple hecho de que el infierno no existe. En este instante redentor reside el Cielo. Y el Cielo no cambiará, pues nacer al bendito presente es liberarse de los cambios. Los cambios son ilusiones que enseñan los que no se pueden ver a sí mismos libres de culpa. Cap.15.I.10.2:5
¿Cuánto dura un instante? Dura el tiempo que sea necesario para re-establecer la perfecta cordura la perfecta paz y el perfecto amor por todo el mundo, por Dios y por ti; . Cap.15.I.14.1:2
Dura el tiempo suficiente para que puedas trascender todo lo que el ego ha hecho y ascender hasta tu Padre. Cap.15.I.14.5
La santidad no radica en el tiempo, sino en la eternidad. Cap.15.I.15.4
En su santidad el tiempo se detiene y deja de cambiar. Y así, deja de ser tiempo. Cap.15.I.15.7:8
II.- El final de las dudas
La Expiación tiene lugar en el tiempo, pero no es para el tiempo. Puesto que se encuentra en ti, es eterna. Lo que encierra el recuerdo de Dios no puede estar limitado por el tiempo, del mismo modo en que tú tampoco puedes estarlo. Cap.II.1.1:4
El instante que se le ofrece al Espíritu Santo se le ofrece a Dios en tu nombre, y en ese instante despiertas dulcemente a Él. En el instante bendito abandonas todo lo que aprendiste en el pasado, y el Espíritu Santo te ofrece de inmediato la lección de la paz en su totalidad. Cap.15.II.1.6:7
No permitas que el tiempo sea motivo de preocupaciones para ti, ni tengas miedo del instante de santidad que ha de eliminar todo vestigio de miedo. Pues el instante de paz es eterno precisamente porque ésta desprovisto de miedo. Cap.15.II.2.1:2
¡Bendito sea el Maestro de Dios, Cuyo gozo reside en mostrarle al santo Hijo de Dios su santidad! Su gozo no está circunscripto al tiempo. Sus enseñanzas son para ti porque Su gozo es el tuyo. A través de Él te alzas ante el altar de Dios, donde Él dulcemente transforma el infierno en Cielo. Pues es únicamente en el Cielo donde Dios quiere que estés. Cap.15.II.2.4:7
Todo lo que tienes, lo tienes para siempre. El instante bendito se extiende para abarcar al tiempo, del mismo modo en que Dios se extiende a Si Mismo para abarcarte a ti. Cap.15.II.3.3:4
Tus hermanos, no obstante, son testigos mucho más poderosos y mucho más convincentes en favor del Espíritu Santo, Cuya fortaleza respaldan. Eres tú, por lo tanto, quien determina el que ellos apoyen al ego o al Espíritu Santo en ti. Y reconocerás cuál de ellos has elegido por sus reacciones. Cap.15.II.4.3:6
Aun no has tenido la experiencia del instante santo. Pero la tendrás y la reconocerás con absoluta certeza. Ningún regalo de Dios se reconoce de otra manera. Puedes practicar el mecanismo del instante santo y aprender mucho de ello. Cap.15.II.5.1:4
Empieza ahora a desempeñar el pequeño papel que te corresponde en el proceso de aislar el instante santo. Recibirás instrucciones muy precisas a medida que sigas adelante. Aprender a aislar este segundo y a experimentarlo como algo eterno es empezar a experimentarte a ti mismo como que no estás no separado. Cap.15.II.6.1:3
III.- La pequeñez en contraposición a la grandeza
No te contentes con la pequeñez. Pero asegúrate de que entiendes lo que es, así como también la razón por la que jamás podrías sentirte satisfecho con ella. La pequeñez es la ofrenda que te haces a ti mismo. Cap.15.III.1.1:3
La pequeñez y la gloria son las únicas alternativas de que dispones para dedicarles todos tus esfuerzos y toda tu vigilancia. Y siempre elegirás una expensas de la otra. Cap.15.III.1.7:8
Sin embargo, de lo que no te das cuenta cada vez que eliges, es de que tu elección es tu evaluación de ti mismo. Opta por la pequeñez y no tendrás paz, pues habrás juzgado que eres indigno de ella. Y cualquier cosa que ofrezcas como substituto será un regalo de tan poco valor que te dejará insatisfecho. Cap.15.III.2.1:3
Eres libre de probar cuantas quieras, pero lo único que estás haciendo es demorar tu retorno a tu hogar. Pues sólo en la grandeza, que es tu hogar, podrás sentirte satisfecho. Cap.15.III.2.5:6
El Espíritu Santo puede mantener tu grandeza en tu mente a salvo de toda pequeñez, con perfecta claridad y seguridad, y sin dejar que se vea afectada por los miserables regalos que el mundo de la pequeñez desea ofrecerte. Pero para que el Espíritu Santo pueda hacer esto, no debes oponerte a lo que Él dispone para ti. Decídete a favor de Dios por medio de Él. Cap.15.III.6.1:3
IV.- La práctica del instante santo
El instante santo es este mismo instante y cada instante. El que deseas que sea santo, lo es. El que no deseas que lo sea, lo desperdicias. En tus manos esta decidir que instante ha de ser santo. No demores esta decisión, pues más allá del pasado y del futuro, donde no podrías encontrar el instante santo, éste espera ansiosamente tu aceptación. Cap.15.IV.1.3:8
No pienses que puedes ir en busca de la salvación a tu manera y alcanzarla. Abandona cualquier plan que hayas elaborado para tu salvación y sustitúyelo por el de Dios. Su plan te satisfará. Cap.15.IV.2.5:7
Te exhorto a que cumplas el santo papel que te corresponde desempeñar en el plan que Él dio al mundo para liberarlo de la pequeñez. Dios desea que Su anfitrión more en perfecta libertad. Cap.15.IV.3.4:5
¿Quieres saber cuán perfecto e inmaculado es el santo altar en el que tu Padre se ha ubicado a Sí Mismo? Te darás cuenta de esto en el instante santo, en el que gustosamente y de buena voluntad renuncias a todo plan que no sea el Suyo. Cap.15.IV.4.1:2
Yo me encuentro dentro del instante santo tan claramente como tú quieres que lo esté. Y el tiempo que tardes en aprender a aceptarme, será el mismo tiempo que tardarás en hacer tuyo el instante santo. Cap.15.IV.5.1:2
La simple razón, llanamente expuesta, es ésta: el instante santo es un momento en el que se recibe y se da perfecta comunicación. Esto quiere decir que un momento en el que tu mente es receptiva, tanto para recibir como, para dar. El instante santo es el reconocimiento de que todas las mentes están en comunicación. Por lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simplemente de aceptarlo todo. Cap.15.IV.6.5:8
Cada pensamiento que prefieres mantener oculto interrumpe la comunicación, puesto que eso es lo que quieres. Cap.15.IV.8.1
La condición necesaria para que el instante santo tenga lugar no requiere que no abrigues pensamientos impuros. Pero sí requiere que no abrigues ninguno que desees conservar. La inocencia no es obra tuya. Se te da en el momento en que la desees. Cap.15.IV.9.1:4
V.- El instante santo y las relaciones especiales
El instante santo es el recurso de aprendizaje más útil de que dispone el Espíritu Santo para enseñarte el significado del amor. Cap.15.V.1.1
Los juicios se basan siempre en el pasado, pues tus experiencias pasadas constituyen su base. Es imposible juzgar sin el pasado, pues sin él no entiendes nada. Cap.15.V.1.3:4
El pasado es el principal recurso de aprendizaje del ego, pues fue en el pasado cuando aprendiste a definir tus propias necesidades y cuando adquiriste métodos para satisfacerlas de acuerdo con las condiciones que tú mismos habías fijado. Cap.15.V.2.1
No puedes amar solo algunas partes de la realidad y al mismo tiempo entender el significado del amor. Cap.15.V.3.1
Creer que las relaciones especiales, con un amor especial, pueden ofrecerte la salvación, es creer que la separación es la salvación. Cap.15.V.3.3
Todas las relaciones especiales contienen elementos de miedo en ellas debido a la culpabilidad. Cap.15.V.4.1
Y allí donde el miedo ha hecho acto de presencia no se puede contar con el amor, pues ha dejado de ser perfecto. El Espíritu Santo en Su función de intérprete de lo que has hecho, se vale de las relaciones especiales, que tú utilizas para apoyar al ego, para convertirlas en experiencias educativas que apunten hacia la verdad. Siguiendo Sus enseñanzas, todas las relaciones se convierten en lecciones de amor. Cap.15.V.4.4:6
En el instante santo nadie es especial, pues no le impones a nadie tus necesidades personales para hacer que tus hermanos parezcan diferentes. Cap.15.V.8.2
En el instante santo ves lo que cada relación ha de ser cuando percibas únicamente el presente. Cap.15.V.8.5
El instante santo refleja Su conocimiento al desvanecer todas tus percepciones del pasado, y al eliminar de esta manera el marco de referencia que inventaste para juzgar a tus hermanos. Cap.15.V.9.3
Pues en el instante santo, el cual está libre del pasado, ves que el amor se encuentra en ti y que no tienes necesidad de buscarlo en algo externo y de arrebatarlo culpablemente de donde pensabas que se encontraba. Cap.15.V.9.7
El significado del amor es el que Dios le dio. Atribúyele cualquier otro significado que no sea el que Él le otorga, y te será imposible entenderlo. Cap.15.V.10.3:4
Más en el instante santo te unes directamente a Dios, y todos tus hermanos se unen en Cristo. Cap.15.V.10.8
Puesto que el amor se encuentra en ti, no tienes otra necesidad que extenderlo. En el instante santo no hay conflicto de necesidades, ya que sólo hay una necesidad. Pues el instante santo se extiende hasta la eternidad y hasta la Mente de Dios. Y únicamente ahí tiene sentido el amor, y únicamente ahí puede ser comprendido.Cap.15.V.11.3:6
- Los versículos compartidos, son indicativos a cada tema del párrafo de los capítulos, solo la lectura completa del libro Un Curso de Milagros, te dará una mejor comprensión.
- Audiolibro Cap.15
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