Capítulo 8- Libro de Texto
EL VIAJE DE RETORNO
I. La dirección del plan de estudios
El conocimiento no es la motivación para aprender este curso. La paz lo es. La paz es el requisito previo para alcanzar el conocimiento, simplemente porque los que están en conflicto no están en paz, y la paz es la condición necesaria para el conocimiento porque es la condición del Reino. Cap.8.I.1.1:3
Cada vez que respondes a la llamada del ego estás haciendo un llamamiento a la guerra, y la guerra ciertamente te priva de la paz. Mas en esta guerra no hay adversario. Ésta es la re-interpretación de la realidad que tienes que hacer para asegurar tu paz, y la única que jamás necesitas hacer. Cap.8.I.3.1:3
Lo que aprendiste en el pasado tiene que haberte enseñado lo que no te convenía, por la sencilla razón de que no te hizo feliz. Cap.8.I.4.1
El plan de estudios de la expiación es lo opuesto al que tú elaboraste para ti, y lo mismo se puede decir de su resultado. Cap.8.I.5.1
II. La diferencia entre aprisionamiento y libertad
El ego no sabe lo que está tratando de enseñar. Está tratando de enseñarte lo que eres, si bien él mismo no lo sabe. El ego no es más que un experto en crear confusión. No entiende nada más. Como maestro, pues, el ego está completamente confundido y sólo causa confusión. Cap.8.II.1.4:8
Aprender es placentero si te conduce por la senda que te resulta natural, y facilita el desarrollo de lo que ya tienes. Más si se te enseña en contra de tu naturaleza, lo que aprendas supondrá una pérdida para ti porque te aprisionará. Tu voluntad forma parte de tu naturaleza, y, por lo tanto, no puedes ir contra ella. Cap.8.II.2.7:9
El ego no te puede enseñar nada mientras tu voluntad sea libre porque no la escucharías. Tu voluntad no es estar aprisionado porque tuve tu voluntad es libre. Esa es la razón de que el ego sea la negación del libre albedrío. Cap.8.II.3.1:3
Hemos dicho que el Espíritu Santo te enseña la diferencia que existe entre el dolor y la dicha. Eso es lo mismo que decir que te enseña la diferencia que hay entre estar aprisionado y ser libre. No puedes hacer esta distinción sin Él porque te has enseñado a ti mismo que la aprisionamiento es libertad. Cap.8.II.5.1:3
III. El encuentro santo
Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro Santo. Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. Tal como lo trates, te tratarás a ti mismo. Tal como pienses de él, así pensará de ti mismo. Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo. Cada vez que dos Hijos de Dios se encuentran, se les proporciona una nueva oportunidad para salvarse. No dejes de darle la salvación a nadie, para que así la puedas recibir tú. Cap.8.III.4.1:7
Siempre estás con un hermano, estás aprendiendo lo que eres porque estás enseñando lo que eres. Tu hermano reaccionará con dolor o con alegría, dependiendo del maestro que tú estés siguiendo. Será aprisionado o liberado de acuerdo con tu decisión, al igual que tú. Cap.8.III.5.8:10
IV. El regalo de la libertad
Tu mente es el medio por el cual determinas tu propia condición, ya que la mente es el mecanismo de decisión. Es el poder mediante el que te separas o te unes, y, consecuentemente, experimentas dolor o alegría. Cap.8.IV.5.7:8
Nadie puede aprender lo que es libertad si está sometido a cualquier clase de tiranía, y la perfecta igualdad de todos los Hijos de Dios no se podría reconocer sí una mente ejerciese dominio sobre otra. Cap.8.IV.6.7
La Libertad es creación por qué es amor. No amas a quien tratas de aprisionar. Por lo tanto, cuando tratas de aprisionar a alguien, incluyéndote a ti mismo, no le amas y no te puedes identificar con él. Cuando te aprisionas a ti mismo pierdes de vista tu verdadera identificación conmigo y con el Padre. Tu identificación es con el Padre y con el Hijo. Cap.8.IV.8.2:6
V. La voluntad indivisa de la Filiación
La voluntad indivisa de la filiación- la voluntad de Dios -es el creador perfecto, por ser completamente semejante a Dios. No puedes estar excluido de ella si es que has de entender lo que es y lo que eres tú. Al creer que tu voluntad está separada de la mía te excluyes de la Voluntad de Dios que es lo que eres. Cap.8.V.2.1:3
VI. El tesoro de Dios
Escucha la parábola del hijo pródigo, y aprende cuál es el tesoro de Dios y el tuyo: el hijo de un padre amoroso abandonó su hogar y pensó que había derrochado toda su fortuna a cambio de cosas sin valor, si bien no había entendido en su momento la falta de valor de las mismas. Le daba vergüenza volver a su padre por qué pensaba que lo había herido. Más cuando regresó a casa, su padre lo recibió jubilosamente toda vez que el hijo en sí era su tesoro. El padre no quería nada más. Cap.8.VI.4.1:3
Lo único que Dios desea es su Hijo porque su Hijo es un único tesoro. Cap.8.VI.5.1
VII. El cuerpo como medio de comunicación
Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. Al ser el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, el Espíritu Santo interpreta todo lo que has hecho a la luz de lo que Él es. El ego separa mediante el cuerpo. El Espíritu Santo llega a otros a través de él. Cap.8.VII.2.1:4
El pensamiento, no puede convertirse en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico. El pensamiento, no obstante, es comunicación, para lo que sí se puede usar el cuerpo. Ese es el único uso natural que se puede hacer de él. Cap.8.VII.7.4:6
Comunicar es única y atacar es separar. Cap.8.VII.12.1
Ver un cuerpo de cualquier otra forma que no sea como un medio de comunicación es limitar a tu mente y hacerte daño a ti mismo. Cap.8.VII.13.3
VIII. El cuerpo como medio o como fin
El cuerpo existe en un mundo que parece tener dos voces que luchan por su posesión. En esta percibida constelación se considera al cuerpo como capaz de alternar su lealtad de una a otra, haciendo que los conceptos de salud y enfermedad tengan sentido. El ego, cómo te costumbre, da lugar a una confusión fundamental entre los medios y el fin. Al considerar al cuerpo como un fin, el cuerpo no tiene realmente utilidad para el ego, puesto que el cuerpo no es un fin. Cap.8.VIII.2.1:4
El Espíritu Santo te enseña a usar el cuerpo sólo como un medio de comunicación entre tus hermanos y tú, de modo que Él pueda enseñar Su mensaje a través de ti. Esto los curará y, por lo tanto, te curará a ti. Nada que se utilice de acuerdo con su propia función tal como el Espíritu Santo lo ve, puede enfermar. Cap.8.VIII.9.1:3
IX. La curación como resultado de una percepción corregida
La curación es la liberación del miedo a despertar, y la substitución de ese miedo por la decisión de despertar. La decisión de despertar refleja la voluntad de amar, puesto que toda curación supone la sustitución del miedo por el amor. Cap.8.IX.5.1:2
- Los versículos compartidos del capitulo 8, son a modo indicativo sobre el tema, solo el texto completo te dara una mejor comprensión del libro de texto.
Capitulo 7-UCDM-Libro de Texto-2da Parte
Capítulo 7 -UCDM -Libro de Texto-1ra Parte
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