Compartiendo mi camino

Hola soy Miriam; en esta ocasión les voy a contar cómo fue que llegue a Un Curso de Milagros.

           Hace unos 11 años atrás mi vida cambio tan bruscamente que me llevo a actuar de forma defensiva, generando confrontaciones con personas muy queridas; mi alteración emocional y personal había modificado mi estado anímico alimentando a mi mente con pensamientos negativos,  al punto de llegar a enfermarme seriamente,  en el proceso de recuperación de mi salud y por recomendación de un amigo, inicie terapia.

            A partir de ahí, para fortalecerme emocionalmente había empezado a escuchar audilibros, fui agregando meditaciones guiadas y todo tipo conferencias que me ayudaran a salir de ese estado en el que me encontraba.

            Fue en ese entonces que escuchando conferencias de Enric Corbera (Conferencista-Autor Literario-Maestro de UCDM) , oía a menudo mencionar Un Curso de Milagros  en sus charlas, si bien entendía que hacía referencia a un libro,  en mí, no despertaba la curiosidad al menos para verificar sus dichos, solo ¡no tenía ganas!.

            Un día, cuando me dirigía a una capacitación de la Universidad de Buenos Aires, al bajarme del micro observo que era temprano, el micro había parado en la entrada de una galería,  en el medio de la galería había una Librería “Venta de Libros”, como amante de los libros, entre a mirar y a hacer tiempo.

             De la nada misma, le pregunto al Sr. ¿tiene el libro Un Curso de Milagros?, sí, me responde. Me lo trae, lo miro, pregunto su costo y me retiro del lugar, pasado unos meses creo y luego de tener ese pensamiento recurrente de que “tenía que comprar el libro”, un día cualquiera me levante y fui directamente a comprar el libro, lo compre pensando que lo leería apenas llegue a casa.

            Cuando llegue al departamento lo ojeo un poco y al verlo tan extenso,  pensé que había sido un error comprarlo, leí las primeras partes del principio del primer capítulo, y no entendí nada, realmente me preguntaba si era una biblia o ¿qué onda?, solo no me parecía entretenido.

            Así fue que estuve con el libro dando vueltas mucho tiempo, lo  ojeaba un poco y no me surgía leerlo, de pronto un día me puse a leer sus tres o cuatro capítulos, y comencé a realizar conjuntamente los ejercicios para no aburrirme, pensaba, era la forma que encontré para poder leerlo, ¡al fin y al cabo ya lo tenía y Corbera lo mencionaba siempre!.

            El libro más allá de haberme demorado en leerlo, lo tuve mucho tiempo en mi mesa de luz, a la espera de ser leído.

             Luego de haberlo iniciado podría decirse que cuando cursaba el cincuenta por ciento de su contenido, al salir de mi departamento me encuentro con dos personas predicadoras, que me hicieron referencias a temas sobre la vida y la vida eterna, en ese momento de mi boca brotaban palabras tan certeras y concretas que más allá de lo agradable que fue la charla, me fui completamente asombrada, de las cosas que dije, luego comprendí que solo fui guiada para decir  las palabras que  esas personas y yo teníamos que escuchar.

            Hoy estoy feliz de haber iniciado ese camino en el tiempo que fue, soy feliz de haberme encontrado con ese guía que necesitamos y encontrar esa paz que tanto ansiaba, libre de prejuicios, confiando en la voz de mi maestro interno y practicando diariamente cada ejercicio del libro de ejercicio, las veces que sean necesarias para lograr despertar y retornar a casa.

 

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