Capitulo 21-UCDM-Libro de Texto 1ra Parte

RAZON Y PERCEPCION

Introducción:

El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste.1.2

Es un testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como el hombre piense, así se percibirá. No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él. La percepción es un resultado, no una causa.1.5:8

El mundo que ves tan sólo te muestra cuánta dicha te has permitido ver en ti y aceptar como tuya. Y si ése es su significado, el poder de dar dicha tiene entonces que encontrarse en ti. 2.7:8

I.- La canción olvidada

No te olvides nunca de que el mundo que “ven” los ciegos tiene que ser imaginario, pues desconocen el verdadero aspecto del mundo. Tienen qué inferir lo que se puede ver basándose en datos que son siempre indirectos y reformular sus deducciones según tropiezan y se caen debido a lo que no reconocieron, o bien pasar sin sufrir daño alguno a través de puertas abiertas que ellos creían cerradas. Y lo mismo ocurre con tu contigo. Tú no ves. Cap.21.I.1.1:4

Las indicaciones en las que te basas para llegar a tus conclusiones son erróneas, y por eso tropiezas y te caes encima de las piedras que no viste, sin darte cuenta de que puedes atravesar las puertas que, aunque creías que estaban cerradas, se encuentran abiertas para los ojos que no ven, esperando a darte la bienvenida. Cap.21.I.1.5

Se te puede mostrar qué puertas están abiertas, para que así puedas ver dónde radica la seguridad, qué camino conduce a las tinieblas y cuál a la luz. Los juicios siempre te darán indicaciones falsas, pero la visión te muestra por dónde ir. ¿Por qué tratar de adivinarlo? Cap.21.I.2.4:6

Lo que te preguntas es si los medios a través de los cuales se aprende este curso conducen a la felicidad que promete o no. Si creyeses que sí, no tendrías dificultad alguna para aprender el curso. Cap.21.I.3.5:6

Los ciegos se acostumbran a su mundo adaptándose a él. Creen saber cómo desenvolverse en él. Cap.21.I.4.1:2

Y lo mismo ocurre con todos aquellos que consideran que lo único que tanto ellos como sus hermanos tienen es el cuerpo. Tratan de comunicarse entre sí, y fracasan una y otra vez. Y se adaptan a la soledad, pues creen que conservar el cuerpo es proteger lo poco que tienen. Cap.21.I.5.2:4

Escucha y mira a ver si te acuerdas de una canción muy vieja que sabías hace mucho tiempo y que te era más preciada que cualquier otra melodía que te hayas enseñado a ti mismo desde entonces. Cap.21.I.7.5

Más allá del cuerpo, del sol y de las estrellas, más allá de todo lo que ves, y sin embargo, en cierta forma familiar para ti, hay un arco de luz dorada que al contemplarlo se extiende hasta volverse un circulo enorme y luminoso. El círculo se llena de luz ante tus ojos.Cap.21.I.8.1:2

Acepta la visión que te puede mostrar esto y no el cuerpo. Te sabes esa vieja canción, y te la sabes muy bien. Nada te será jamás tan querido como este himno inmemorial de amor que el Hijo de Dios todavía le canta a su Padre. Cap.21.I.9.4:6

Y ahora los ciegos pueden ver, pues esa misma canción que entonan en honor a su Creador los alaba a ellos también. La ceguera que inventaron no podrá resistir el vibrante recuerdo de esta canción. Cap.21.I.10.1:2

La luz en uno despierta la luz en los demás. Y cuando la ves en tu hermano, la recuerdas para todos. Cap.21.I.10.6

II.- Somos responsables de lo que vemos

Hemos repetido cuán poco se te pide para que aprendas este curso. Es la misma pequeña dosis de buena voluntad que necesitas para que toda tu relación se transforme en dicha; el pequeño regalo que le ofreces al Espíritu Santo a cambio del cual Él te da todo, lo poco sobre lo que se basa la salvación; el pequeño cambio de mentalidad por el que la crucifixión se transforma en resurrección. Cap.21.II.1.1:2

Esto es lo único que tienes que hacer para que se te conceda la visión, la felicidad, la liberación del dolor y el escape del pecado. Di únicamente esto, pero dilo de todo corazón y sin reservas, pues en ello radica el poder de la salvación:

  • Soy responsable de lo que veo.
  • Elijo los sentimientos que experimento y decido el objetivo que quiero alcanzar.
  •  Y todo lo que parece sucederme yo mismo lo he pedido, y se me concede tal como lo pedí .                                 

Cap.21.II.2.1:5

Si sufres es porque  decidiste que tu meta era el pecado. Si eres feliz, es porque pusiste tu poder de decisión en manos de Aquél que no puede sino decidir a favor de Dios por ti. Cap.21.II.3.5:6

Éste es el pequeño regalo que le ofreces al Espíritu Santo, y hasta esto Él te da para que te lo des a ti mismo. Pues mediante este regalo se te concede el poder de liberar a tu salvador para que él a su vez te pueda dar la salvación a ti. Cap.21.II.3.7:8

No resientas tener que dar esta pequeña ofrenda, pues si no la das seguirás viendo el mundo tal como lo ves ahora. Mas si la das, todo lo que ves desaparecerá junto con él. Cap.21.II.4.1:3

Has sido tú quien se ha causado todo esto a sí mismo. Sólo con que comprendieses esto, comprenderías también cuán circular es el razonamiento en que se basa tu “visión”. Eso no fue algo que se te dio. Ése fue el regalo que tú te hiciste a ti mismo y que le hiciste a tu hermano. Cap.21.II.5.5:7

El instante santo no es un instante de creación, sino de reconocimiento. Pues el reconocimiento procede de la visión y de la suspensión de todo juicio. Sólo entonces es posible mirar dentro de uno mismo y ver lo que no puede sino estar allí, claramente a la vista y completamente independiente de cualquier inferencia o juicio. Cap.21.II.8.2:4

El objetivo del pecado induce a la percepción de un mundo temible para justificar su propósito. Cap.21.II.9.4

Tu hermano cree que él fabricó el mundo junto contigo. De este modo, niega la creación, y cree, al igual que  tú, que el mundo que fabricó lo engendro él. De éste modo, niega haberlo fabricado. Cap.21.II.12.6:9

Reconoce en cambio que fuiste tú quien fabricó todo lo que aparentemente se interpone entre tú y tu hermano y os mantiene separados al uno del otro, y a los dos de vuestro Padre, y tu instante de liberación habrá llegado. Cap.21.II.13.3

III. Fe, creencia y visión

Nadie permite que su propósito sea reemplazado mientras todavía lo siga deseando, pues nada se quiere y se protege más que un objetivo que la mente ha aceptado. Cap.21.III.2.4

El poder de la fe jamás se puede reconocer si se deposita en el pecado. Pero siempre se reconoce si se deposita en el amor. Cap.21.III.3.6:7

La fe, la creencia y la visión son los medios por los que se alcanza el objetivo de la santidad. A través de ellos el Espíritu Santo te conduce al mundo real, alejándote de todas las ilusiones en las que habías depositado tu fe. Ése es su rumbo, el único que Él jamás ve. Y cuando te desvías, Él te recuerda que no hay ningún otro. Su fe, Su creencia y Su visión son para ti. Cap.21.III.4.1:5

Pues tú inventaste la fe, la percepción y la creencia a fin de perder la certeza y encontrar el pecado. Este rumbo demente fue tu propia elección, y al depositar tu fe en lo que habías elegido, fabricaste lo que deseabas. Cap.21.III.5.5:6

Inventaste la percepción a fin de poder elegir entre tus hermanos e ir en busca del pecado con ellos. Cap.21.III.6.5

Aquellos que creen en el pecado deben pensar que el Espíritu Santo exige sacrificios, pues creen que ésa es la manera de alcanzar su objetivo.  Hermano, el Espíritu Santo sabe que el sacrificio no aporta nada. Él no hace tratos. Cap.21.III.9.1:3

Tu fe en el sacrificio ha hecho que éste tenga gran poder ante tus ojos, salvo que no te das cuenta de que no puedes ver debido a él. Pues sólo se le puede exigir sacrificio al cuerpo, y sólo otro cuerpo podría exigirlo. Cap.21.III.10.1:2

La intención está en la mente, que trata de valerse del cuerpo para poner en práctica los medios de pecado en los que ella cree.  Y así, los que valoran el pecado no pueden sino creer que la mente y el cuerpo están unidos. Cap.21.III.10.5:6

Capitulo 20- 2da Parte

Audiolibro Capitulo 21

  • Los versículos compartidos, son meramente indicativos al tema de cada párrafo del Capítulo, solo la lectura completa del libro de Un Curso de Milagros, te dará una mejor comprensión

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