Capitulo 12-UCDM-Libro de Texto

EL PROGRAMA DE ESTUDIO DEL ESPIRITU SANTO

I.- El juicio del Espíritu Santo

Si te ha dicho que no le otorgues realidad al error, y  la manera de hacer esto es muy simple.  Si deseas creer en el error,  tienes que otorgarle realidad porque el error en sí no es real. Cap.12.I.1.1:2

Comprende que no reaccionas a nada directamente, sino a tu propia interpretación de ello.  Tu interpretación, por lo tanto, se convierte en la justificación de tus reacciones. Por eso es por lo que al analizar los motivos de otros es peligroso. Cap.12.I.1.4:7

Analizar los motivos del ego es algo muy complicado muy confuso y nunca se hace sin la participación de tu propio ego. Cap.12.I.2.1

Solo hay una forma sensata de interpretar motivos. Y por tratarse del juicio del Espíritu Santo, no requiere esfuerzo alguno por tu parte. Todo pensamiento amoroso es verdadero. Todo lo demás es una petición de ayuda y de curación, sea cual sea la forma que adopte.  Cap.12.I.3.1:4

El Espíritu Santo no necesita tu ayuda para interpretar motivos pero es indudable que tú necesitas la Suya. Cap.12.I.5.8

Las interpretaciones que haces de las necesidades de tu hermano son las interpretaciones que haces de las tuyas propias. Al prestar ayuda la estás pidiendo. Cap.12.I.7.1

Si el ataque es el único que da miedo, y consideras al ataque como la petición de ayuda que realmente es, te darás cuenta de la irrealidad del miedo. Pues el miedo, es una súplica de amor, en la que se reconoce inconscientemente lo que ha sido negado. Cap.12.I.8.12:13

II.- Como recordar a Dios

Si amarse a uno a sí mismo significa curarse uno a sí mismo, los que están enfermos no se aman a sí mismos. Por lo tanto, están pidiendo el amor que los podría sanar, pero qué se están negando a sí mismo. Cap.12.II.1.2:3

Los enfermos deben curarse a sí mismos, pues la verdad mora en ellos. Más al haberla nublado, la luz de otra mente necesita brillar sobre la suya porque que dicha luz es suya. Cap.12.II.1.6:7

La luz brilla en todos con igual intensidad independientemente de cuán densa sea esa niebla que la oculta. Si no le otorgas a la niebla ningún poder para ocultar la luz, no tiene ninguno.  Pues solo tiene poder si el Hijo de Dios se lo confiere. Y debe ser él mismo quien le retire ese poder, recordando que todo poder es de Dios  Cap.12.II.2.1:4

Esto es lo que has olvidado. Percibir la curación de tu hermano como tu propia curación es, por lo tanto, la manera de recordar a Dios.  Cap.12.II.2.8:9

No percibas en la enfermedad más que una súplica de amor, y ofrécele a tu hermano lo que él cree que no se puede ofrecer a sí mismo. Cap.12.II.3.1

III.- Como invertir en la realidad

Te pedí una vez que vendieses todo cuanto tuvieses, que se lo dieses a los pobres y que me siguieras. Esto es lo que quise decir: si no inviertes tu atención en ninguna de las cosas de este mundo, puedes enseñarles a los pobres dónde está su tesoro. Los pobres son sencillamente los que han invertido mal y ¡vaya que son pobres!. Cap.12.III.1.1:3

Insistir significa invertir,  y aquello en lo que inviertes está siempre relacionado con tu idea de lo que es la salvación. Cap.12.III.2.5

Cada vez que te enfadas con un hermano, por la razón que sea,  crees que tienes que proteger al ego,  y que tienes que protegerlo atacando. Si es tu hermano el que ataca, estás de acuerdo con esa creencia; si eres tú el que ataca, no haces sino reforzarla. Recuerda que los que atacan son pobres. Cap.12.III.3.1:3

La pobreza es siempre cosa del ego y nunca de Dios. Cap.12.III.4.7

Si sólo los pensamientos amorosos del Hijo de Dios construyen la realidad del mundo, el mundo real tiene que estar en su mente. Cap.12.III.7.1

Dios te dio el mundo real a cambio del mundo que tú fabricaste como resultado de la división de tu mente, el cual es el símbolo de la muerte. Pues si pudieses realmente separarte de la Mente de Dios, perecerías.  Cap.12.III.8.4:5

IV.- Buscar y hallar

El ego está seguro de que el amor es peligroso, y ésta es siempre su enseñanza principal. Nunca lo expresa de este modo. Al contrario todo el que cree que el ego es la salvación parece estar profundamente inmerso en la búsqueda del amor. Cap.12.IV.1.1:2

Sus dictados, por lo tanto, pueden resumirse simplemente de esta manera: “Busca pero no halles”. Esta es la única promesa que el ego hace y la única que cumplirá. Cap.12.IV.1.4:5

La búsqueda que el ego emprende está, por lo tanto, condenada al fracaso. Cap.12.IV.2.1

Buscar y no hallar no puede ser una actividad que brinde felicidad. Cap.12.IV.4.2

El Espíritu Santo te ofrece la promesa, la cual te conduce a la dicha. Pues Su promesa es siempre “Busca y hallaras#, y bajo Su dirección no podrás fracasar. Cap.12.IV.4.4:5

No recuerdas como buscar dentro de ti porque no crees que tu hogar esté ahí. Pero el Espíritu Santo lo recuerda por ti y te guiara a tu hogar porque esa es su misión. A medida que Él cumpla su misión te enseñara a cumplir la tuya, pues tu misión es la misma que la Suya. Cap.12.IV.5.4:5

V.- El programa de estudio cuerdo

 

Solo el amor es fuerte, puesto que es indiviso. Los fuertes no atacan, pues no ven que haya necesidad de ello. Antes de que la idea de atacar pudiese entrar en tu mente, tuviste que haberte percibido a ti mismo débil. Cap.12.V.1.1:3

Por eso es por lo que el reconocimiento de tu propia invulnerabilidad es tan importante para el restablecimiento de tu cordura. Pues al aceptar tu invulnerabilidad estás reconociendo que el ataque no tiene efectos. Cap.12.V.2.1:2

Tu potencial para aprender, debidamente entendido, es ilimitado porque te conducirá hasta Dios. Puedes enseñar el camino que conduce a Dios y aprenderlo,  si sigues al Maestro que conoce el camino que conduce a Él y qué sabe cómo se aprende Su programa de estudios. El programa está desprovisto de toda ambigüedad porque Su objetivo no está dividido y los medios y en fin están en completo acuerdo. Lo único que necesitas hacer es ofrecerle tu atención indivisa. Todo lo demás se te proveerá, pues la verdad es que quieres aprender debidamente y nada puede oponerse a la decisión del Hijo de Dios. Lo que él puede aprender es tan ilimitado como él mismo. Cap.12.V.9.1:7

VI.- La visión de Cristo

El ego está tratando de enseñarte cómo ganar el mundo y perder tu alma. El Espíritu Santo te enseña que no puedes perder tu alma y que no hay nada que ganar en el mundo, pues, de por sí,  no da nada.Cap.12.VI.1.1:2

La misión del Espíritu Santo es abrirle los ojos a los ciegos, pues Él sabe que no han perdido su visión,  sino que simplemente duermen. Él los despertará del sueño del olvido y los llevará al recuerdo de Dios. Los ojos de Cristo están abiertos, y Él  contemplará con amor todo lo que veas si aceptas Su visión como tuya. El Espíritu Santo mantiene a salvo la visión de Cristo para cada Hijo de Dios que duerme. En su visión el Hijo de Dios es perfecto y Él anhela compartir Su visión contigo. Cap.12.VI.4.2:6

VII.- Introspección

Los milagros demuestran que el aprendizaje ha tenido lugar bajo la debida dirección, pues el aprendizaje es invisible, y lo que se ha aprendido sólo se puede reconocer por sus resultados. Cap.12.VII.1.1

Nunca olvides de que siempre ves lo que buscas, pues lo que buscas lo encontraras. Cap.12.VII.6.3

Al mirar adentro eliges el guía cuya visión deseas compartir. Y luego miras afuera y contemplas sus testigos. Por eso es por lo que siempre encuentras lo que buscas. Cap.12.VII.7.2:4

El poder de decisión es la única libertad que te queda como prisionero de este mundo. Puedes decidir ver el mundo correctamente. Lo que hiciste de él no es su realidad, pues su realidad es sólo la que tú le confieres. Cap.12.VII.9.1:3

Cuando hayas aceptado tu misión de extender paz hallarás paz, pues al manifestarla la verás. Cap.12.VII.11.1

VIII.- La atracción del amor por el amor

¿Crees realmente que puedes matar al Hijo de Dios?. El padre ha ocultado a Su Hijo dentro de Sí Mismo, manteniéndolo a salvo y alejando de tus pensamientos destructivos, por causa de los cuales no conoces ni al Padre ni al Hijo.Cap.12. VIII.1.1:2

Atacas al mundo real cada día, cada hora y cada minuto, y,  sin embargo, te sorprende que no lo puedas ver.  Si buscas amor a fin de atacarlo, nunca lo hallarás,  pues el amor es compartir, ¿cómo ibas a poder encontrarlo excepto a través de sí mismo? Ofrece amor, y el amor vendrá a ti porque se siente atraído por sí mismo. Más ofrece ataque, y el amor permanecerá oculto, pues sólo puede vivir en paz. Cap.12. VIII.1.3:7

Por razón del Amor que tu Padre te profesa, nunca podrás olvidarte de Él, pues nadie puede olvidar lo que Dios Mismo puso en su memoria. Cap.12. VIII.4.1

Lectura del Párrafo VIII- Cap. 12

Los versículos compartidos en todos los capítulos, son a modo indicativo a cada tema, solo la lectura del texto completa te dará una mejor comprensión.

Capítulo 11 – UCDM – Libro de Texto


One thought on “Capitulo 12-UCDM-Libro de Texto

Deja un comentario

Copyright © Soy Tu Clave 2024