EL NUEVO COMIENZO
IV.- La verdad que yace tras las ilusiones
Atacarás lo que no te satisfaga, y así, no te darás cuenta de que fuiste tú quien las inventó. Tu batalla es siempre con las ilusiones. Cap.30.IV.1.1:2
La verdad jamás puede ser atacada. Y tú sabías esto cuando inventaste los ídolos. Los concebiste precisamente para olvidarte de este hecho. Lo único que atacas son las ideas falsas, nunca las verdaderas. Los ídolos son todas las ideas que concebiste para llenar la brecha que tú crees se formó entre lo que es verdad y tú. Cap.30.IV.1.4:8
Las ilusiones no deben ni apreciarse ni atacarse, sino que simplemente se deben considerar como juguetes infantiles, sin ningún significado intrínseco. Ve significado en una sola de ellas, y lo verás en todas. No veas significado en ninguna, y no podrán afectarte en absoluto. Cap.30.IV.4.9:11
Las apariencias engañan precisamente porque son apariencias y no realidad. No prestes atención sea cual sea la forma que adopten. Lo único que hacen es distorsionar la realidad y producir temor, debido a que ocultan la verdad. Cap.30.IV.5.1:3
El ataque tiene el poder de hacer que las ilusiones parezcan reales. Mas en realidad no hace nada. ¿Quién podría tener miedo de un poder que no tiene efectos reales? Cap.30.IV.5.5:7
Lo único que las apariencias pueden hacer es engañar a la mente que desea ser engañada. Mas tú puedes tomar una decisión muy simple que te situará por siempre más allá del engaño. Cap.30.IV.6.1:2
Alégrate en verdad de que la salvación no pida mucho, sino de que pida tan poco. En realidad no pide nada. Y aun en ilusiones sólo pide que el perdón sea el substituto del miedo. Ésa es la única regla para tener sueños felices. Cap.30.IV.8.4:7
V.- El único propósito
El mundo real es el estado mental en el que el único propósito del mundo es perdonar. El miedo ha dejado de ser el objetivo, pues escapar de la culpabilidad se ha convertido ahora en la meta. Se reconoce el valor del perdón, que pasa a ocupar el lugar de los ídolos, los cuales dejan de perseguirse porque ya no se les atribuye ningún valor a sus “regalos”. Cap.30.V.1.1:3
En este mundo se piensa que el entendimiento se consigue mediante el ataque. En el mundo real es evidente que atacando es como se pierde, y se reconoce claramente la insensatez de tener como objetivo a la culpabilidad. En dicho mundo no se desean los ídolos, pues se entiende que la culpabilidad es la única causa de cualquier dolor. Cap.30.V.2.1:4
El paso final lo da Dios porque únicamente Él pudo crear un Hijo perfecto y compartir Su Paternidad con él. Nadie que no se encuentre en el Cielo puede entender esto, pues entenderlo es en sí el Cielo. Incluso el mundo real tiene un propósito que se encuentra debajo de la creación y de la eternidad. Cap.30.V.4.1:3
El mundo real es un estado en el que la mente ha aprendido cuan fácilmente desaparecen los ídolos, que, aunque todavía se perciben, ya no se desean más. ¡Cuán fácilmente los puede abandonar la mente que ha comprendido que no son nada, que no están en ninguna parte y que no tienen ningún propósito! Pues sólo entonces se puede entender que el pecado y la culpabilidad no tienen propósito alguno y que no significan nada. Cap.30.V.5.2:4
De esta manera es como el propósito del mundo real se lleva dulcemente hasta tu conciencia para que reemplace el objetivo del pecado y culpabilidad. Y el perdón purifica felizmente todo lo que se interponía entre tu imagen de ti mismo y lo que realmente eres. Cap.30.V.6.1:2
Cuando dos o más hermanos comparten un mismo propósito en el mundo del miedo, se encuentran ya en el umbral del mundo real. Cap.30.V.7.1
La faz de Cristo se ve antes de que el Padre se pueda recordar, pues Éste permanece en el olvido hasta que Su Hijo haya llegado más allá del perdón hasta el Amor de Dios. El Amor de Cristo, no obstante, se acepta primero. Y entonces aflora el conocimiento de que Ambos son uno. Cap.30.V.7.5:8
La Voluntad de Dios reside para siempre en aquellos cuyas manos están unidad. Hasta que se unieron, pensaban que Él era su enemigo. Mas cuando se unieron y compartieron un mismo propósito, les fue posible entender que su voluntad es una. Cap.30.V.11.1:3
VI.- La justificación del perdón
La ira nunca está justificada. El ataque no tiene fundamento. Con esto comienza uno a escapar del miedo, y con esto también es como lo logrará. Con esto se intercambian los sueños de terror por un mundo real. Pues el perdón descansa sobre esto, lo cual es tan solo natural. Cap.30.VI.1.1:5
El perdón esta siempre justificado. Sus cimientos son sólidos. Tú no perdonas lo imperdonable, ni pasas por alto un ataque real que merece castigo. La salvación no reside en que a uno le pidan responder de manera antinatural que no concuerda con lo que es real. En lugar de ello, la salvación sólo te pide que respondas adecuadamente a lo que no es real, no percibiendo lo que no ha ocurrido.Cap.30.VI.2.1:5
El perdón que no está justificado es un ataque. Y eso es todo lo que el mundo puede jamás ofrecer. Cap.30.VI.3.5:6
Todo perdón que se considera merecido sana, pues le otorga al milagro la fuerza para pasar por alto las ilusiones. Así es como aprendes que tú también tienes que haber sido perdonado. Cap.30.VI.5.1:3
Tienes que perdonar al Hijo de Dios completamente, pues, de lo contrario, conservarás una imagen de ti mismo fragmentada, y seguirás temiendo mirar en tu interior y encontrar allí tu liberación de todos los ídolos. La salvación descansa en la fe de que es imposible que haya alguna clase de culpabilidad que tú no puedas perdonar.Cap.30.VI.7.5:7
VII.- La nueva interpretación
¿Cómo iba a haber dejado Dios que el significado del mundo estuviese sujeto a tu interpretación? Si hubiese hecho eso, el mundo no tendría significado. Pues es imposible que el significado de algo cambie constantemente y que, aun así, sea verdad. El Espíritu Santo ve en el mundo un solo propósito, el cual es eternamente inmutable.Cap.30.VII.1.1:4
Solamente un propósito firme puede otorgarle a cualquier acontecimiento un significado estable. Pero tiene que otorgarles a todos ellos el mismo significado. Si cada acontecimiento se le otorga un significado diferente, ello quiere decir que cada uno de ellos tiene un propósito diferente. Cap.30.VII.3.1:3
La percepción no puede estar fluctuando constantemente y al mismo tiempo tener un significado estable en alguna parte. Cap.30.VII.3.7
Abrigar un propósito común es el único medio por el que la percepción puede estabilizarse, y por el que se le puede dar una sola interpretación al mundo y a todas las experiencias que se tiene en él. Cap.30.VII.4.1
Librarte de juzgar radica simplemente en esto: todas las cosas tienen el mismo propósito, el cual tú compartes con todo el mundo. Y no hay nada en el mundo que pueda oponerse a ese propósito, pues es el propósito de todas las cosas y también el tuyo. Cap.30.VII.5.1:2
¿Cómo se iba a poder entablar la comunicación mientras los símbolos que se usan tengan diferentes significados? El objetivo del Espíritu Santo ofrece una sola interpretación, la cual tiene significado para ti y para tu hermano. Y así, te puedes comunicar con él y él contigo. Cap.30.VII.6.1:3
Tenemos un solo Intérprete. Y a través del uso que Él hace de los símbolos nos unimos, y así, todos ellos tienen el mismo significado para todos nosotros. Nuestro idioma común nos permite hablar con todos nuestros hermanos, y entender con ellos que el perdón se nos ha otorgado a todos, y que, por lo tanto, podemos comunicarnos nuevamente. Cap.30.VII.7.6:8
VIII.- La realidad inmutable
Las apariencias engañan, pero pueden cambiar. La realidad, en cambio es inmutable. No engaña en absoluto, y si tú no puedes ver más allá de las apariencias, te estas dejando engañar. Pues todo lo que ves cambiará, sin embargo, antes pensabas que era real, y ahora crees que es real nuevamente. De este modo, la realidad se ve reducida a formas y se la considera susceptible de cambiar. La realidad, no obstante, es inmutable. Esto es lo que hace que sea real y lo que la distingue de todas las apariencias. Cap.30.VIII.1.1:7
En tu hermano reside una inmutabilidad que está más allá de cualquier apariencia o engaño. Mas se ve nublada por tus cambiantes ideas acerca de él, que tú percibes como su realidad. Cap.30.VIII.3.3:4
¿Qué es la tentación, sino el deseo de hacer que las ilusiones sean reales? No parece ser el deseo de hacer que lo que es real no lo sea. Sin embargo, es una afirmación de que algunas clases de ídolos ejercen una poderosa atracción que los hace más difíciles de resistir que aquellos que tú preferirías que no fuesen reales. Toda tentación, por lo tanto, no es más que esto: una plegaria para que el milagro no ejerza influencia sobre algunos sueños, y para que, en vez de ello, mantenga su irrealidad oculta y les otorgue realidad. Cap.30.VIII.3.1:4
La realidad es inmutable. Los milagros no hacen sino mostrarte que lo que tú has interpuesto entre la realidad y tu conciencia es ilusorio y que no es en modo alguno una interferencia. El costo de la creencia de que algunas apariencias están más allá de cualquier esperanza de cambio es que el milagro no se obra a través de ti de manera consciente. Pues has pedido que no tenga el poder de sanar todos los sueños. Cap.30.VIII.4.1:4
Si eliges lo que quieres sanar, habrás coartado la libertad de concederte Sus dones al Hijo de Dios a Aquel que otorga todos los milagros. Cuando el Hijo de Dios cae en la tentación, niega la realidad. Y de este modo, se convierte voluntariamente en esclavo de lo que eligió a cambio. Cap.30.VIII.4.7:9
Precisamente porque la realidad es inmutable, existe en ella un milagro que sana todas las cosas cambiantes y te las ofrece para que las veas en una forma que te brinda felicidad y que está libre de temor. Se te concederá poder ver a tu hermano de esta manera. Pero no mientras quieras que sea de otra manera con respecto a ciertas cosas. Cap.30.VIII.5.1:3
No dejes entonces qué haya sueños acerca de él que tú prefieras ver en lugar del Cristo en él. Y verás al Cristo en él porque permitiste que Él viniera a ti. Y cuando Él se haya aparecido, tendrás la certeza de que eres como Él, pues Él es lo inmutable en tu hermano y en ti. Cap.30.VIII.5.7:9
- Los versículos compartidos, son meramente indicativos al tema de cada párrafo del Capítulo, solo la lectura completa del libro de Un Curso de Milagros, te dará una mejor comprensión. Te invito a escuchar el audiolibro