Capitulo 27-UCDM-Libro de Texto 1ra Parte

LA CURACION DEL SUEÑO

I.- El cuadro de la crucifixión

Si recorres el camino de la bondad, no tendrás miedo del mal ni de las sombras de la noche. Mas no pongas símbolos de terror  en tu senda, pues, de lo contrario, tejeras una corona de espinas de la que ni tu  hermano ni tú os podréis escapar. No puedes crucificarte solo a ti mismo. Cap.27.I.1.3:4

No puedes sacrificarte sólo a ti mismo, pues el sacrificio es total. Si de alguna manera el sacrificio fuese posible, incluiría a toda la creación de Dios y al Padre junto con Su Hijo bienamado. Cap.27.I.1.7:9

En tu liberación del sacrificio se pone de manifiesto la de tu hermano, haciéndose así evidente que tu liberación es la suya. Cap.27.I.2.1

Siempre que consientes sufrir, sentir privación, ser tratado injustamente o tener cualquier tipo de necesidad, no haces sino acusar a tu hermano de haber atacado al Hijo de Dios. Presentas ante sus ojos el cuadro de crucifixión, para que él pueda ver que sus pecados están escritos en el Cielo con tu sangre y con tu muerte, y que van delante de él, cerrándole el paso a la puerta celestial y condenándolo al infierno. Cap.27.I.1.1:2

El Espíritu Santo, en cambio, te ofrece una imagen de ti mismo en la que no hay dolor ni reproche alguno para que se la ofrezcas a tu hermano. Cap.27.I.3.5

Tu sufrimiento y tus enfermedades no reflejan otra cosa que la culpabilidad de tu hermano, y son los testigos que le presentas no sea que se olvide del daño que te ocasionó, del que juras jamás escapará. Aceptas esta lamentable y enfermiza imagen siempre que sirva para castigarlo. Cap.27.I.4.3:4

Sé un testigo de su inocencia y no de su culpabilidad. Tu curación es su consuelo y su salud porque demuestra que las ilusiones no son reales. Cap.27.I.6.1:2

La enfermedad, no importa en qué forma se manifieste, es el testigo más convincente de la futilidad y el que refuerza a todos los demás y les ayuda a pintar un cuadro en el que el pecado está justificado. Cap.27.I.7.1

Tu función consiste en mostrarle a tu hermano que el pecado carece de causa. Cap.27.I.9.1

La imagen que te ofrece el Espíritu Santo no convierte al cuerpo en algo que éste no es. Lo único que hace es purificarlo de todo vestigio de acusación y reproche. Cap.27.I.9.3:4

En este espacio vacío, del que el objetivo del pecado ha sido erradicado, se puede recordar al Cielo. Ahora su paz puede descender hasta aquí y la perfecta curación reemplazar a la muerte. Cap.27.I.10.1

II.- El temor a sanar

¿Es atemorizante sanar? Si, para muchos lo es. Pues la acusación es un obstáculo para el amor, y los cuerpos enfermos son ciertamente acusadores. Cap.27.II.1.1:2

Los que no han sanado no pueden perdonar. Cap.27.II.2.1

No obstante, nadie puede perdonar un pecado que considere real. Cap.27.II.2.4

Nadie que esté hablando en serio diría: “Hermano, me has herido. Sin embargo, puesto que de los dos yo soy el mejor, te perdono por el dolor que me has ocasionado”. Perdonarle y seguir sintiendo dolor es imposible, pues ambas cosas no pueden coexistir. Una niega a la otra y hace que sea falsa. Cap.27.II.2.8:10

El perdón no puede ser para uno y no para el otro. El que perdona se cura. Cap.27.II.3.9:10

Un cuerpo enfermo demuestra que la mente no ha sanado. Cap.27.II.5.1

El poder de tu testimonio procede de tus creencias. Y todo lo que dices, haces o piensas no hace sino dar testimonio de lo que le enseñas a él. Tu cuerpo puede ser el medio para demostrar que nunca ha sufrido por causa de él. Y sanar puede ofrecerle un mundo de testimonio de su inocencia. Cap.27.II.5.4:7

La ancestral llamada que el Padre le hace a Su Hijo, y el Hijo a los suyos, será la última trompeta que el mundo jamás oirá. Hermano, la muerte no existe. Y aprenderás esto cuando tu único deseo sea mostrarle a tu hermano que él jamás te hirió. Cap.27.II.6.7:9

Mientras tu hermano consienta sufrir, tú no podrás sanar. Mas tú le puedes mostrar que su sufrimiento no tiene ningún propósito ni causa alguna. Muéstrale que has sanado, y él no consentirá sufrir por más tiempo. Cap.27.II.8.5:7

Tu función no es corregir. La función de corregir le corresponde a Uno que conoce la justicia, no la culpabilidad.  Si asumes el papel de corrector, ya no puedes llevar a cabo la función de perdonar. Nadie puede perdonar hasta que aprende que corregir es tan solo perdonar, nunca acusar. Cap.27.II.10.1:4

Cuando percibas que la corrección es lo mismo que el perdón, sabrás también que la Mente del Espíritu Santo y la tuya son una. Y de esta manera, habrás hallado tu propia Identidad. Cap.27.II.12.2:3

III.- Más allá de todo símbolo

El poder no puede oponerse a nada. Cap.27.III.1.1

Una fuerza débil es algo que no tiene sentido, y si el poder se utiliza con el propósito de debilitar, se está utilizando para limitar. Cap.27.III.1.3

¿Quién podría entender conceptos tan contradictorios como “un poder-débil” o “un amor-odioso”? Cap.27.III.1.9

Has decidido hacer de tu hermano el símbolo de un “amor-odioso”, de un “poder-débil”, pero sobre todo, de una “muerte-viviente”. Y así, él no significa nada para ti, pues representa algo que no tiene sentido. Cap.27.III.2.1:2

Y ahora él no representa nada. Los símbolos que no representan otra cosa que ideas inexistentes no pueden sino representar la vacuidad y la nada. Cap.27.III.2.6

La creación es un poder que no se puede debilitar y que no tiene opuestos. Para esto no hay símbolos. Cap.27.III.4.4:5

El perdón es el medio que representa a la verdad temporalmente. Le permite al Espíritu Santo llevar a cabo un intercambio de imágenes, mientras los recursos de aprendizaje aún tengan sentido y el aprendizaje no haya concluido. Ningún recurso de aprendizaje es útil una vez que se alcanza el objetivo de aprendizaje, pues entonces deja de tener utilidad. Pero durante el aprendizaje se utiliza de una manera que ahora temes, pero que llegaras a amar. Cap.27.III.5.5:8

El perdón se desvanece y los símbolos caen en el olvido, y nada que los ojos jamás hayan visto o los oídos escuchado queda ahí para ser percibido. Un Poder completamente ilimitado ha venido, no a destruir, sino a recibir lo Suyo. Cap.27.III.7.1:2

No conoces la paz del poder que no se opone a nada. Sin embargo, ninguna otra clase de poder puede existir en absoluto. Dale la bienvenida al Poder que yace más allá del perdón, del mundo de los símbolos y de las limitaciones. Él prefiere simplemente ser, y, por lo tanto, simplemente es. Cap.27.III.7.6:9

IV.-La callada respuesta

En la quietud todas las cosas reciben respuesta y todo problema queda resuelto serenamente. Cap.27.IV.1.1

Ningún problema puede resolverse dentro del conflicto, pues se le ve de diferentes maneras. Y lo que sería una solución desde un punto de vista, no lo es desde el otro. Tú estás en conflicto. Cap.27.IV.1.3:5

No obstante, si Dios dio una solución, de alguna manera tus problemas tienen que haberse resuelto, pues lo que Su Voluntad dispone ya se ha realizado. Cap.27.IV.1.7

Dios tiene que haberte dado, por lo tanto, una manera de alcanzar otro estado mental en el que se encuentra la solución. Tal es el instante santo. Ahí es donde debes llevar y dejar todos tus problemas. Ahí es donde les corresponde estar, pues ahí se encuentra la solución. Cap.27.IV.2.3:6

No intentes resolver ningún problema excepto desde de la seguridad del instante santo. Pues ahí el problema sí tiene solución y queda resuelto. Fuera de él no habrá solución, pues fuera de él no puede hallarse respuesta alguna. Cap.27.IV.3.1:3

Una pseudo-pregunta carece de respuesta, pues dicta la respuesta al mismo tiempo que hace la pregunta. Toda pregunta que se hace en el mundo es, por lo tanto, una forma de propaganda a favor de éste. Cap.27.IV.5.1:3

Sólo dentro del instante santo se puede plantear honestamente una pregunta honesta. Y del significado de la pregunta derivará todo significado que pueda tener la respuesta. Cap.27.IV.6.1:2

La respuesta se ofrece en todas partes. Mas sólo se puede oír en el instante santo. Una respuesta honesta no exige sacrificios porque sólo contesta preguntas verdaderas. Cap.27.IV.6.5:6

El instante santo es aquel en el que la mente está lo suficientemente serena como para poder escuchar una respuesta que no está implícita en la pregunta. Cap.27.IV.6.9

En el instante santo puedes llevar la pregunta a la respuesta y recibir la respuesta que fue formulada expresamente para ti.  Cap.27.IV.7.5

V.- El ejemplo de la curación

La única manera de curarse es curando. Cap.27.V.1.1

Acepta el milagro de la curación y se extenderá por razón de lo que es. Cap.27.V.1.3

Nadie puede pedirle a otro que se sane. Pero puede permitirse a sí mismo ser sanado, y así ofrecerle al otro lo que él ha recibido. Cap.27.V.1.6:7

El Espíritu Santo te habla a ti, no a otra persona. Y al tú escucharle, Su Voz se extiende porque has aceptado lo que Él dice. Cap.27.V.1.10:11

Te curas cuando lo único que deseas es curar. Cap.27.V.2.5

Lo único que se requiere para que se efectúe una curación es que no haya miedo. Los temerosos no se han curado, por lo tanto, no pueden curar. Cap.27.V.2.8:9

El instante santo es la morada de los milagros. Cap.27.V.3.1

Allí donde un milagro ha venido a sanar no hay tristeza. Y lo único que se requiere para que todo esto ocurra es un instante de amor sin traza alguna de ataque. En ese instante sanas, y en ese mismo instante se consuma toda curación.  Cap.27.V.4.1:3

El mundo agonizante tan sólo te pide que dejes de atacarte por un instante, para que él pueda sanar. Cap.27.V.5.5

Así pues, lo único que el mundo requiere para poder sanar es tu curación. Sólo necesita una lección que se haya aprendido perfectamente. Y de esta manera, cuando tú la olvides, el mundo te recordará dulcemente lo que le enseñaste. Cap.27.V.7.1:3

Toda curación debe proceder de manera ordenada, de acuerdo con leyes que han sido percibidas correctamente y que no se han violado. No dejes que la manera en que las percibes te haga sentir miedo. Cap.27.V.9.4:5

Tu papel consiste simplemente en aplicarte a ti mismo lo que Él te ha enseñado, el resto corre de Su cuenta. Cap.27.V.10.2

El primer testigo que verás será tu hermano, pero tras el habrá miles, y tras cada uno de éstos mil más. Cap.27.V.10.4

Tu curación, así como la de tu hermano, será uno de sus efectos. Cap.27.V.11.5

Audiolibro Cap. 27

Capitulo 26 2da Parte

  • Los versículos compartidos, son meramente indicativos al tema de cada párrafo del Capítulo, solo la lectura completa del libro de Un Curso de Milagros, te dará una mejor comprensión, Te invito a escuchar el audiolibro.

One thought on “Capitulo 27-UCDM-Libro de Texto 1ra Parte

Deja un comentario

Copyright © Soy Tu Clave 2024