Capitulo 18-UCDM-Libro de Texto 1ra Parte

EL FINAL DEL SUEÑO

I.- El substituto de la realidad

Sustituir es aceptar una cosa por otra. Cap.18.I.1.1

Substituir es elegir entre dos opciones, renunciando a un aspecto de la Filiación en favor de otro. Para este propósito especial, uno de ellos se juzga como más valioso y reemplaza al otro.  Cap.18.I.1.3:4

Fragmentar es excluir, y la sustitución es la defensa más potente que el ego tiene para mantener vigente la separación. Cap.18.I.1.6

El deseo del Espíritu Santo es unirel del ego separar. Nada puede interponerse entre lo que Dios ha unido y el Espíritu Santo considera uno. Pero todo parece interponerse en las relaciones fragmentadas que el ego patrocina a fin de destruirlas. Cap.18.I.2.6:8

La única emoción en la que la substitución es imposible es el amor. Cap.18.I.3.1

El miedo es una emoción fragmentada y fragmentante. Cap.18.I.3.4

Tú qué crees que Dios es miedo tan sólo  llevaste  a cabo una sustitución. Ésta ha adoptado muchas formas porque fue la sustitución de la verdad por la ilusión, la de la plenitud por la fragmentación. Cap.18.I.4.1:2

 Ese único error, que llevo a la verdad a la ilusión, a lo infinito a lo temporal, y a la vida a la muerte, fue el único error que cometiste. Todo tu mundo se basa en él. Todo lo que ves lo refleja, y todas las relaciones especiales que jamás entablaste proceden de él. Cap.18.I.4.4:6

A medida que empieces a examinar sus aspectos fragmentados te darás cuenta de que son bastante temibles. Pero nada que hayas visto puede ni remotamente empezar a mostrarte la enormidad del error original, el cual pareció expulsarte del Cielo, fragmentar el conocimiento convirtiéndolo en inútiles añicos de percepciones desunidas y forzarte a llevar a cabo más substituciones. Cap.18.I.5.5:6

Cuando te parezca ver alguna forma distorsionada del error original tratando de atemorizarte, di únicamente: “Dios es Amor y el miedo no forma parte de Él”, y desaparecerá. La verdad te salvará, Cap.18.I.7.1:2

Dentro de ti amas a tu hermano con un amor perfecto. Ésa es tierra santa en la que ninguna substitución puede tener lugar y donde sólo la verdad de tu hermano puede morar. Ahí estáis unidos en Dios, tan unidos como lo estáis con Él. El error original jamás llego ahí, ni lo hará jamás. Ahí reside la verdad radiante, a la que el Espíritu Santo ha confiado tu relación. Cap.18.I.9.3:7

En ti no hay separación, y no hay substituto que pueda mantenerte separado de tu hermano. Tu realidad fue la creación de Dios, la cual no tiene substituto. Estáis tan firmemente unidos en la verdad, que sólo Dios mora allí. Cap.18.I.10.1:3

II.- La base del sueño

¿No es acaso cierto que de los sueños surge un mundo que parece ser muy real? Mas examina lo que es ese mundo. Obviamente no es el mundo que viste antes de irte a dormir. Es más bien una distorsión de él, urdida exclusivamente en torno a lo que tú hubieses preferido que ocurriese. Cap.18.II.1.1:4

En él eres “libre” para reconstruir lo que parecía atacarte, y convertirlo en un tributo a tu ego, que se indignó por el “ataque”. Ése no sería tu deseo a menos que no te identificases a ti mismo con el ego, que siempre se ve a sí mismo, y, por lo tanto, a ti, como sometido a un constante ataque y sumamente vulnerable a él. Cap.18.II.1.5:6

Al despertar no los tomas en serio, pues el hecho de que la realidad se viola tan radicalmente en ellos resulta evidente. Sin embargo, son una manera de ver el mundo y de cambiarlo para que se adapte mejor al ego.  Cap.18.II.2.3:4

Los sueños te muestran que tienes el poder de construir un mundo a tu gusto, y que por el hecho de desearlo lo ves. Y mientras lo ves no dudas de que sea real. Mas he ahí un mundo, que aunque claramente existe sólo en tu mente, parece estar afuera. Cap.18.II.5.1:3

El Espíritu Santo, siempre práctico en Su sabiduría, acepta tus sueños y los emplea en beneficio de tu despertar. Cap.18.II.6.1

Dije antes que el primer cambio que tiene que producirse antes de que los sueños desaparezcan, es que tus sueños de miedo se conviertan en sueños felices. Cap.18.II.6.3

Tu relación especial se convertirá en el medio de erradicar la culpabilidad de todos los que son bendecidos a través de tu relación santa. Será un sueño feliz, y uno que compartirás con todo aquel que se cruce en tu camino. Cap.18.II.7.1:2

No permitas que el sueño se apodere de ti y te haga cerrar los ojos. No es extraño que los sueños puedan dar lugar a un mundo irreal. Cap.18.II.8.2

El Cielo, no obstante, es algo seguro. Esto no es un sueño. Su llegada significa que has elegido la verdad, y que ésta ha llegado porque has estado dispuesto a permitir que tu relación especial satisfaga sus condiciones. Cap.18.II.9.1:3

III.- Luz en el sueño

Tú que te has pasado la vida llevando la verdad a la ilusión y la realidad a la fantasía, has estado recorriendo el camino de los sueños. Pues has pasado de la condición de estar despierto a la de estar dormido, y de ahí te has sumergido en un sueño todavía más profundo. Cap.18.III.1.1

 Cada sueño te ha llevado a otros sueños y cada fantasía que parecía arrojar luz sobre la obscuridad no ha hecho sino hacerla aún más tenebrosa. Tu meta era la obscuridad en la que ningún rayo de luz pudiese penetrar. Cap.18.III.1.3:4

Mas de lo que te olvidabas era de que Dios no puede destruirse a Sí Mismo. La luz se encuentra en ti. La obscuridad puede envolverla, pero no puede extinguirla. Cap.18.III.1.7:8

Según se aproxime la luz te lanzaras a la obscuridad huyendo de la verdad, refugiándote algunas veces en cosas menos temibles, y otras, en el terror más absoluto. Pero avanzaras, pues tu objetivo es pasar del miedo a la verdad. Cap.18.III.2.1:2

La meta que aceptaste es la meta del conocimiento, y esto lo demuestra tu buena voluntad. El miedo parece habitar la obscuridad, y cuando tienes miedo es que has retrocedido. Cap.18.III.2.3:4

La verdad se lanzó en tu encuentro desde el momento en que la invocaste. Cap.18.III.3.1

No sabes porque tu viaje hacia la obscuridad ha sido largo y penoso, y te has adentrado muy profundamente en ella. Un ligero parpadeo, después de haber tenido los ojos cerrados por tanto tiempo, no ha sido suficiente para hacer que tengas confianza en ti mismo, a quien por tanto tiempo has despreciado. Te diriges hacia el amor odiándolo todavía, y terriblemente atemorizado del juicio que pueda tener de ti. Y no te das cuenta de que no es del amor de lo que tienes miedo, sino únicamente de lo que tú has hecho de él. Cap.18.III.3.3:5

Tú y tu hermano estáis retornando a casa juntos, después de un largo e insensato viaje que emprendisteis por separado y que no os condujo a ninguna parte. Has encontrado a tu hermano, y cada uno de vosotros alumbrará el camino del otro. Cap.18.III.8.5:6

IV.- La pequeña dosis de buena voluntad

El instante santo es el resultado de tu decisión de ser santo. Es la respuesta. Desearlo y estar dispuesto a que llegue precede su llegada. Cap.18.IV.1.1:3

No es necesario que hagas nada más; de hecho, es necesario que comprendas que no puedes hacer nada más. No te empeñes en darle al Espíritu Santo lo que Él no te pide, o, de lo contrario, creerás que el ego forma parte de Él y confundirás a uno con el otro. Cap.18.IV.1.5:6

El milagro del instante santo reside en que estés dispuesto a dejarlo ser lo que es. Y en esa muestra de buena voluntad reside también tu aceptación de ti mismo tal como Dios dispuso que fueses. Cap.18.IV.2.8:9

El instante santo no procede únicamente de tu pequeña dosis de buena voluntad. Es siempre el resultado de combinar tu buena voluntad con el poder ilimitado de la Voluntad de Dios. Cap.18.IV.4.1:2

Te equivocas cuando pensabas que era necesario que te preparases para Él. Es imposible hacer arrogante preparativos para la santidad sin creer que es a ti a quien le corresponde establecer las condiciones de la paz. Dios las ha establecido ya. Dichas condiciones no dependen de tu buena voluntad para ser lo que son. Tu buena voluntad es necesaria sólo para poder ensenarte lo que son. Cap.18.III.4.3:7

La preparación para el instante santo le corresponde a Aquel que lo da. Cap.18.III.6.5

V.- El sueño feliz

Prepárate ahora para deshacer lo que nunca tuvo lugar. Si ya entendiste la diferencia que existe entre la verdad y las ilusiones,  la Expiación no tendría objeto. El instante santo,  la relación santa, las enseñanzas del Espíritu Santo y todos los medios por los que se alcanza la salvación no tendrían ningún propósito. Pues todos ellos no son sino aspectos del plan cuyo fin es cambiar tus sueños de terror a sueños felices,  desde los cuáles puedas despertar fácilmente al conocimiento. Cap.18.V.1.1:4

Nunca intentes pasar por alto tu culpabilidad antes de pedirle ayuda al Espíritu Santo. Esa es su función. Tu papel consiste únicamente en estar dispuesto, aunque sea mínimamente, a que Él elimine todo vestigio de odio y de temor y a ser perdonado. Sobre tu poca fe unida a Su entendimiento, Él establecerá tu papel en la Expiación y se asegurará de que lo cumplas sin ninguna dificultad. Cap.18.V.2.3:6

Los sueños felices se vuelven reales, no porque sean sueños, sino únicamente porque son felices. Por lo tanto, no pueden sino ser amorosos. Cap.18.V.4.1:2

Capitulo 17-2da Parte

Audiolibro Cap.18

  • Los versículos compartidos, son meramente indicativos al tema de cada párrafo del Capítulo, solo la lectura completa del libro de Un Curso de Milagros, te dará una mejor comprensión.

One thought on “Capitulo 18-UCDM-Libro de Texto 1ra Parte

Deja un comentario

Copyright © Soy Tu Clave 2024